La curiosidad es la ventaja. La humildad no es debilidad, es filo competitivo.
- Gaston Padilla
- 22 sept
- 2 Min. de lectura

En los negocios, en el liderazgo y en la vida misma, solemos pensar que “saber más” o “ser el más brillante en la sala” es lo que garantiza ganar. Pero la realidad es otra: los que triunfan no son los que más opinan, sino los que más conscientes están.
La curiosidad es la ventaja. La humildad no es debilidad, es filo competitivo.
El error de creer que ya llegaste
¿Cuántas veces hemos visto empresas, jefes o incluso emprendedores que creen que “ya lo saben todo”? Ese es el primer paso hacia el estancamiento.
Ejemplo:
Una cadena de farmacias que durante años lideró el mercado dejó de innovar en su experiencia de cliente porque “ya tenían la receta del éxito”. La competencia, mientras tanto, escuchó, aprendió y se adaptó a los cambios en consumo digital. Hoy esa cadena lucha por recuperar terreno.
La lección: El día que pensás que ya llegaste, empezás a quedarte atrás.
La humildad como arma estratégica
La mayoría cree que la humildad es debilidad. En los negocios, muchos confunden pedir consejo con falta de autoridad. La verdad es lo opuesto: ser entrenable es un superpoder.
Ejemplo:
Michael Jordan, considerado el mejor basquetbolista de la historia, era famoso no solo por su talento, sino por su disposición a dejarse corregir. Phil Jackson podía pedirle cambios y Jordan escuchaba. Su grandeza no estaba en creerse perfecto, sino en querer ser mejor cada día.
Sugerencia:
No fijas que todo lo sabés. Practicá la “curiosidad activa”: preguntá, incluso cuando ya tenés la respuesta. Te sorprenderá cuánto podés aprender de otra perspectiva.
La curiosidad como motor de crecimiento
La curiosidad abre puertas que el ego cierra. Te obliga a explorar, a cuestionar, a observar tendencias antes que los demás.
Ejemplo:
Blockbuster murió porque se burló de Netflix cuando era apenas un experimento de DVDs por correo. “Eso no funcionará”, dijeron. Netflix sobrevivió porque fue curioso: probó, se adaptó, se digitalizó. La curiosidad los mantuvo vivos.
Sugerencia:
Hacé de la curiosidad un hábito:
Leé fuera de tu industria.
Conversá con tu equipo más joven.
Preguntá a tus clientes qué cambiarían, aunque duela.
La ventaja invisible
La mayoría busca parecer expertos, pero lo que realmente importa es estar dispuesto a aprender como principiante.
Pregúntate:
¿Cuándo fue la última vez que alguien me corrigió y lo acepté con apertura?
¿Estoy construyendo mi legado… o solo protegiendo mi ego?
En un mundo obsesionado con los títulos, los diplomas y los followers, la verdadera ventaja está en la curiosidad y la humildad.
Porque el ego te estanca. Pero la curiosidad y la humildad… te mantienen siempre en movimiento.
La curiosidad es la ventaja. La humildad no es debilidad, es filo competitivo.








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