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Cuando perdimos el orgullo de usar el uniforme - El lado B del Retail


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El síntoma que todos ven, pero pocos analizan

La falta de personal, los bajos salarios y la alta rotación no son nuevos en el sector retail. Lo que sí es nuevo —y preocupante— es la pérdida del orgullo por trabajar en tienda.


Hace una década, llevar el uniforme de una gran cadena era motivo de respeto. Era pertenecer a una marca con propósito, a un equipo que entendía que el cliente era el centro. Hoy, para muchos, es solo un empleo de paso.


Y no por falta de vocación, sino por falta de visión empresarial.


El retail se obsesionó con los procesos, los indicadores y los costos, y en el camino olvidó el alma que mueve las ventas: las personas.


El gran error del retail moderno ha sido ver a su gente como un gasto y no como una inversión. Durante años, los líderes del sector buscaron automatizar la experiencia del cliente, pero terminaron deshumanizando la del colaborador.


  • Capacitaciones recortadas.

  • Turnos extendidos.

  • Salarios congelados.

  • Y una constante sensación de que todos son reemplazables.


Esa ecuación es insostenible. Porque cuando el vendedor siente que su esfuerzo no vale, deja de conectar. Y cuando el cliente percibe esa desconexión, deja de volver.


Por eso, la rotación no es un problema de recursos humanos: es un síntoma de liderazgo ausente y cultura débil.


Las nuevas generaciones que hoy trabajan en tiendas no están motivadas por el “puesto”. Buscan significado: quieren saber que lo que hacen importa.


Un empleado de retail no se levanta solo para vender productos. Se levanta para mejorar la vida de las personas que atiende. Cuando ese sentido desaparece, aparece la apatía, el ausentismo y la fuga de talento.


La retención de personal en retail no depende del sueldo más alto, sino del sentido más claro. Y eso se logra con liderazgo, reconocimiento y comunicación humana.


La diferencia entre quedarse o irse

He trabajado casi tres décadas en retail. y los últimos 9 en retail farmaceutico con cadenas de mas de 300 sucursales y miles de empleados. He visto cómo una tienda promedio puede transformarse solo porque un líder decidió escuchar.


El jefe que solo exige resultados obtiene cumplimiento. Pero el líder que inspira, forma y reconoce, obtiene compromiso.


En mis años en el sector farmacéutico, aprendí algo que vale para cualquier industria: el clima emocional de una tienda define sus ventas tanto como su surtido.


Un colaborador que se siente parte de la marca defiende los precios, cuida la experiencia y protege la reputación. Uno que no, simplemente “atiende”.


Y ese pequeño matiz —entre atender y servir— es donde el retail está perdiendo millones.


Qué debe cambiar el retail para frenar la fuga de talento

No se trata de pagar más, sino de liderar mejor. No de contratar rápido, sino de construir cultura. El futuro del retail no está en la automatización, sino en la humanización estratégica.


Algunas acciones clave:

  • Revalorizar la tienda como escuela de liderazgo. Cada colaborador debe sentirse parte del desarrollo de la marca, no un simple operador.

  • Reinvertir en formación emocional y comercial. Enseñar a vender es fácil; enseñar a conectar es el verdadero reto.

  • Actualizar el salario emocional. No todo incentivo es monetario: el reconocimiento, la estabilidad y el crecimiento profesional pesan igual o más.

  • Comunicar propósito internamente. El mismo storytelling que usamos para atraer clientes, debemos usarlo para inspirar a nuestro equipo.


El orgullo no se compra. Se construye día a día con coherencia, liderazgo y propósito.


El retail perdió orgullo cuando cambió el “nosotros” por el “ellos”. Cuando se olvidó de que una marca fuerte se siente primero dentro, y luego se proyecta fuera.


El día que volvamos a invertir en cultura, en valores y en humanidad, las tiendas volverán a llenarse de algo más que clientes: volverán a llenarse de gente orgullosa de lo que hace.


La escasez de talento no es un problema de reclutamiento. Es un reflejo de cómo estamos liderando.


El uniforme volverá a tener valor cuando haya un propósito detrás. Cuando un vendedor entienda que su trabajo transforma vidas, volverá a ponerse la camiseta con orgullo.


Porque el futuro del retail no lo decidirán los algoritmos ni los robots…lo decidirán las personas que todavía creen que vender también es servir.

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Marketing, vinos y poesía que inspiran, enseñan y transforman

En este espacio comparto lo que me mueve:

  • Estrategias de marketing reales para emprendedores y empresas.

  • Historias del vino que conectan con la vida y las relaciones.

  • Palabras, libros y poemas que dejan huella.

Un blog donde negocio y cultura se encuentran, y cada publicación es una invitación a ver el mundo desde otra perspectiva.

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