8 esquemas de prompts que transformaron mi manera de trabajar con IA
- Gaston Padilla
- 21 ago
- 3 Min. de lectura

La inteligencia artificial no es magia: es tan buena como la instrucción que le des. En mi experiencia, después de probar cientos de prompts en proyectos de farmacias, ópticas y campañas de marketing, descubrí que la clave no está en escribir más, sino en escribir mejor.
Por eso quiero compartirte los 8 esquemas que más me han funcionado, con ejemplos reales y el momento exacto en que conviene usarlos.
1. R-T-F (Roll, Tarea, Formato)
Cuándo usarlo: Cuando necesitas algo rápido, claro y práctico. Valor agregado: Obliga a definir exactamente qué quieres y en qué formato lo necesitas.
Ejemplo: Al preparar un manual de inducción para un nuevo equipo de ventas, pedí: “Actúa como capacitador en servicio al cliente. Crea un guion de entrenamiento. Muéstralo en checklist paso a paso.”
Resultado: Un material práctico, listo para usarse en capacitaciones inmediatas.
2. T-A-O (Tarea, Acción, Objetivo)
Cuándo usarlo: Cuando buscas diseñar una estrategia con un destino claro. Valor agregado: Alinea los pasos con un qué, cómo y para qué.
Ejemplo: En la construcción de un plan de comunicación digital, pedí: “Define el perfil del cliente ideal. Establece segmentos prioritarios. Aclara el objetivo de comunicación en redes.”
Resultado: Una guía clara para que el equipo dejara de publicar contenido al azar y lo hiciera con propósito.
3. A-T-F (Antes, Tarea, Formato)
Cuándo usarlo: Cuando es necesario un diagnóstico antes de plantear soluciones. Valor agregado: Evita recetas genéricas, porque primero se entiende el problema.
Ejemplo: Al analizar un programa de fidelización que no daba resultados, pedí:“Explica el problema de confundir fidelidad con lealtad. Establece un objetivo claro. Preséntalo en formato de tabla comparativa.”
Resultado: Una herramienta visual que permitió a la gerencia diferenciar ambos conceptos y tomar mejores decisiones.
4. C-A-R (Contexto, Acción, Resultado)
Cuándo usarlo: Cuando necesitas storytelling o análisis claro de una situación. Valor agregado: Convierte escenarios complejos en explicaciones fáciles de entender.
Ejemplo: En un proceso de cambio de imagen corporativa, pedí:“Contexto: renovación de colores y logotipo. Describe la acción de comunicación interna. Aclara el resultado esperado en aceptación de empleados.”
Resultado: Una narrativa que ayudó a que los equipos entendieran el motivo del cambio y lo asumieran de forma positiva.
5. A-P-E (Acción, Propósito, Expectativa)
Cuándo usarlo: Cuando se quieren probar ideas rápidas de negocio. Valor agregado: Permite visualizar el impacto antes de ejecutar.
Ejemplo: Para un negocio de comida rápida, pedí:“Acción: lanza un programa de recompensas sencillo. Propósito: aumentar recompra. Expectativa: crecer un 15% en ventas mensuales.”
Resultado: Un plan ágil, económico y fácil de implementar.
6. E-R-A (Expectativa, Roll, Acción)
Cuándo usarlo: Cuando necesitas visión estratégica desde un rol específico. Valor agregado: Te permite “consultar” con un experto virtual en segundos.
Ejemplo: En el desarrollo de una campaña juvenil, pedí:“Expectativa: conectar con jóvenes de 18 a 25 años. Actúa como creativo publicitario. Establece acciones para TikTok.”
Resultado: Cápsulas frescas y virales, alineadas con el lenguaje de la audiencia.
7. R-E-P-E (Roll, Entrada, Pasos, Expectativa)
Cuándo usarlo: Cuando necesitas procesos paso a paso y detallados. Valor agregado: Da claridad en la ejecución de proyectos más largos.
Ejemplo: En la planeación de un mes de contenidos para redes sociales, pedí:“Rol: estratega digital. Entrada: cuenta de un negocio en Instagram. Pasos: plan para 30 días. Expectativa: aumentar interacciones en un 20%.”
Resultado: Un calendario editorial con tono, hashtags y llamados a la acción definidos.
8. R-A-C-E (Roll, Acción, Contexto, Expectativa)
Cuándo usarlo: En proyectos completos, consultorías o análisis de alto nivel. Valor agregado: Une visión, acciones y resultados esperados en una misma estructura.
Ejemplo: Para un negocio en etapa de crecimiento, pedí:“Rol: consultor senior. Acción: diseña plan de marketing digital. Contexto: emprendimiento en expansión. Expectativa: aumentar generación de clientes potenciales en 30 días.”
Resultado: Un plan integral con campañas, presupuesto y métricas claras.
Conclusión
La IA no reemplaza la experiencia, pero sí amplifica la capacidad de ejecución. Estos ocho esquemas me han permitido transformar a la IA en consultor, estratega y hasta en creativo, siempre que yo formule el prompt con la claridad de un brief.
Un brief pobre genera ideas pobres. Un prompt claro genera resultados poderosos.








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